viernes, 30 de septiembre de 2016

Manuel García Pérez presenta su nuevo poemario, Las exploraciones: una reflexión sobre la violencia como forma de sobrevivir.

El próximo jueves, 6 de octubre, presentaré mi nuevo libro de poemas, Las exploraciones, editado por Neopàtria, en el Casino de Orihuela (Alicante), a las 20. 30. Se trata de un poemario en el que reflexiono sobre la violencia y el dolor de los desaparecidos con la necesidad de mostrar en mis versos que el mal no es una ficción, sino que forma parte de nuestra vida y de nuestra supervivencia.


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martes, 27 de septiembre de 2016

Una tónica, la Schweppes: el prodigio del arte publicitario en televisión



Una tónica, la Schweppes: el prodigio del arte publicitario en televisión

  La liaron con el actor francés allá por los setenta, con Iggy Pop hace unos años y ahora la nueva producción es una performance caracterizada por el minimalismo, la elegancia y con claras referencias a diversas corrientes estéticas. Creada por CHINA, la agencia trabaja perfectamente con la planificación, con el cromatismo de la marca y con una coreografía trabada en las artes marciales y la danza contemporánea en cada uno de los anuncios de televisión..
  Una estética distintiva, insuperable, acomoda perfectamente las virtudes de la marca a su target y a su exclusividad frente a otros productos de la misma naturaleza. Magritte y una armonía visual sublime convierten al anuncio en un divertimento que contrasta con la mala calidad de muchos programas televisivos de los veranos. Lo han conseguido otra vez; una instalación de fantasía y acrobacia, vigor en encuadres, magnífica fotografía y un surrealismo entreverado con la peli Tigre y dragón, de Ang Lee, logran ese efectismo tan sugerente e hipnótico para consumidores como yo. De Schweepes.
  Fieles a su estilo, la tónica Schweepes ha vuelto a hacer de las suyas. Más que una bebida, son ya el sello de una trayectoria publicitaria vanguardista,que se caracteriza claramente por su innovación y por un tratamiento estético de la bebida que coloca al producto en una clase de Grial, apto solamente para sibaritas.
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lunes, 19 de septiembre de 2016

Te temo

Te temo. No soy consciente del daño. Las gaviotas nos abandonan y se llevan la realidad consigo, la realidad del daño, su albura, la estrechez de miras, tus manos a punto de rozar el espliego. Te temo porque tu enfermedad no es mía. Las orillas me borran. Un fragmento. Se disipa la última ave. Luces descargan en la oscuridad que deja.


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domingo, 18 de septiembre de 2016

La poesía alemana a través del traductor y creador José Luis Reina Palazón

  En 2004, Espasa publica una antología de poesía alemana, traducida por José Luis Reina Palazón, donde se nos revela la evolución de una escritura inspirada en dos influencias fundamentales: el acervo religioso y una honda búsqueda de analogías entre paisaje y literatura.
  Como explica el traductor en su estudio introductorio, la antología es un intenso trabajo para intentar representar la historia de un espíritu, en el sentido más hegeliano del término, una percepción estética del mundo que se eleva técnica y culturalmente: "En un trabajo largo, intenso, pero delicioso, he procurado verter a nuestra lengua esa singular e inimitable armonía y el grave pensamiento que la acompaña. El lector ha de decir si ha sido un logro". (pág. 86).
  La épica y las canciones de amor que se reseñan en la Edad Media configuran ese sustrato poético de idealización del mundo en el que el amor como convención repara en la elaboración de canciones aparentemente sencillas, un corpus teórico y técnico de la eclosión renacentista en voces como serán las de Johann Klaj, Paul Gerhardt o Georg Philipp Harsdörffer. La epifanía del deseo en ese contexto bucólico, propio del clasicismo grecolatino, subyace en la formación de estos poetas que no escapan a las bases del luteranismo.
  Mención aparte merece el trabajo dedicado a los poetas del siglo XX como Paul Celan, Helmut Heissenbüttel o Erich Fried. Ese carácter negacionista de la civilización como estadio de culminación del ser, la huella del holocausto y las metáforas del alba y el ocaso predominan en estos poetas fundamentales para comprender también la textura compositiva de muchos de nuestros poetas españoles. Antonio Colinas, Ángel González, Eduardo Cirlot o José Luis Zerón heredan de estos maestros alemanes esa impronta del paisaje como componente órfico y anímico que nos muestra la gravedad inexorable de un mundo que germina y se destruye.

Portada de la antología/ MGP
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martes, 13 de septiembre de 2016

Luis Leante: ‘Se puede tener padre y madre y, sin embargo, sentirse huérfano’

La entrevista que nos ofrece Luis Leante, tras la publicación en Edebé de su novela juvenil, Huye sin mirar atrás, profundiza en esa fértil relación entre la literatura y los problemas de la adolescencia. Nos adentramos en algunos aspectos críticos de un libro donde no se renuncia a la aventura ni a las emociones más intensas por parte de los adolescentes; un relato que confirma esa necesidad de Leante por volver a revisar la adolescencia como un rito iniciático, conflictivo, pero también como un tiempo de maduración que nos lleva a descubrir qué queremos y qué nos espera al aceptar lo que somos.
— ¿Los protagonistas de tu novela, los más jóvenes, son personajes a los que acompaña siempre un sentimiento de orfandad? ¿Cuál es la razón?
— Toda historia, en mi opinión, debe partir de un conflicto. En el caso de esta novela, el conflicto es esa sensación de desarraigo, muchas veces de orfandad, de falta de referencias o de no saber qué lugar ocupa uno en el mundo. Lamentablemente, no es algo que me haya inventado yo, sino que refleja una realidad cercana que ha ido creciendo a mi alrededor en los últimos años. Se puede tener padre y madre y, sin embargo, sentirse huérfano. Y lo peor de todo es querer recuperar una etapa de la vida “perdida” cuando ya no hay posibilidad de volver atrás. Esa frustración la he conocido de cerca en personas que en su vejez siguieron reconstruyendo la imagen del padre o de la madre a los que no conocieron, pero también de aquellas cosas que perdieron y que en su momento no supieron valorar. Es una enorme frustración.
— Compruebo que intentas en esta obra romper en un primer momento con el buenismo que impera en muchos textos dirigidos a un público juvenil: amenaza, persecución, heridas. ¿A qué corresponde ese inicio tan vertiginoso frente a la lasitud que observo en muchas novelas juveniles?
— El buenismo es, en mi opinión, más una quimera que un reflejo de la realidad. Por desgracia, los adolescentes no viven en el mundo de los Teletubbies, como a menudo creemos los adultos, o nos gustaría. Yo no trato de reflejar un mundo feliz, porque eso es una utopía. Tampoco pretendo mostrar una visión pesimista de la adolescencia, sino contar una historia en un contexto lo más parecido al mundo real que yo conozco. Para que haya buenos, tienen que haber malos. Para que haya felicidad, tienen que haber sufrimiento. Para disfrutar de las cosas, hay que saber lo que cuesta ganarlas o lo fácil que resulta perderlas. Para llevarnos bien con los padres, necesitamos saber qué es llevarse mal. Además, me gusta reflejar esa sensación de vértigo que yo tuve en mi adolescencia, en la que la vida me parecía una montaña rusa. Naturalmente, no pretendo contar mi vida, pero sí describir esa sensación de huida, de persecución, más mental que física. La vida en la adolescencia es bastante agitada física y emocionalmente, y la mejor manera de describirla es poner en movimiento a sus personajes, aunque las cosas que les ocurran no se parezcan siempre a las que suceden en la realidad. Yo prefiero reinventar la realidad a contarla tal como es. No trato de hacer un documental de cómo son los jóvenes de hoy en día, sino mostrarles a ellos cómo es o podría ser la vida de otros chicos.
— A lo largo de tu obra, hay una concepción de la adolescencia bastante ambigua: los personajes son felices, pero también conviertes la adolescencia en una exploración de la identidad. Muchos prejuicios sociales acerca de la adolescencia la convierten una etapa frívola e irresponsable.
— La adolescencia no es una etapa dulce donde los jóvenes aman a sus padres, respetan a sus profesores y son felices con sus amigos, a los que nunca insultan ni desprecian. La adolescencia es una de las etapas más difíciles de nuestra vida, pero el paso del tiempo hace una selección en nuestra memoria y vemos las cosas no como nos sucedieron, sino como las recordamos. La mente, seguramente para protegerse, entierra los recuerdos y las sensaciones angustiosas, y selecciona pequeños momentos de felicidad. Si yo pienso en mi adolescencia en general, inmediatamente digo que fui muy feliz. Pero si trato de recordar el día a día (los problemas con los amigos, los desengaños amorosos, las discusiones con mis padres, la incomprensión de los profesores, la falta de sentido de mi vida, las frustraciones, etc.) la conclusión a la que llego es que no me gustaría volver a pasar por esa etapa. ¡No, por favor!
— Observo muchas influencias fílmicas en este relato. ¿Piensas en imágenes antes que en palabras a la hora de escribir, Luis?
— El lenguaje cinematográfico y el lenguaje literario son mucho más diferentes de lo que pueda parecer. Cuando escribo, únicamente pienso en palabras. Eso ya es muy complicado para mí. Yo no soy capaz de pensar en el cine y en la televisión al mismo tiempo. Supongo que mi forma de narrar será muy visual y eso puede parecer influencia del cine. Pero la verdad es que mi formación y mi vocación es más literaria que cinematográfica. Cuando en alguna ocasión he trabajado en guiones de cine, he tratado de olvidar todo lo que sé sobre literatura. Y viceversa. Si no haces eso, es difícil contar una historia.
Luis Leante, escritor. / Chema Moya

— El título de la obra es una declaración de intenciones y se desprende de ese título un sentido amenazante de la vida. Tu protagonista contrasta con esa concepción mediática que se tiene ahora del joven como un mero consumidor de modas y como un aprendiz de Ni-ni.
— Trato de huir de los tópicos. No me gusta generalizar con la vida los jóvenes, ni tampoco con la de los adultos. Si miro hacia atrás, mi generación no sirve de modelo para la generación actual. Es verdad que no teníamos tantas facilidades, ni tantas posibilidades para consumir, o para ir a la moda, pero no porque fuéramos mejores o más inteligentes, sino porque simplemente la oferta de casi todo era escasa o nula y nos conformábamos con poco o nada, qué remedio. Pero en los jóvenes de mi generación también había Ni-nis, y jóvenes que no leían, pasotas, pijos, hijos de papá (y de mamá), tontos de culo y demás fauna psicodélica. Lo que ocurre es que la mayoría se quedó por el camino, algunos incluso murieron o se quedaron tontos, y los que llegaron son los que estudiaban, luchaban por algo en la vida, leían y querían salir de la miseria en que a veces vivíamos. Es lo que se llama “selección natural de la especie”. Todavía, a veces, me cruzo con algún espécimen de Ni-ni de aquella época y pienso en la suerte que tuve por gustarme leer y por tener ganas de aprender.
— Al atreverte con los relatos juveniles, ¿hasta qué punto te influye la doctrina del buenismo como nueva censura a la hora de afrontar argumentos y diálogos?
— De alguna manera hay cierta autocensura que no puedo evitar. Por ejemplo, no me gusta convertir a los villanos en héroes, ni hacerles creer a los jóvenes que los niños buenos van al cielo y los malos a todas partes. No me gustan que ganen los malos y pierdan los buenos. No me gusta que los acosadores se salgan con la suya. No me gusta que los niños sean machistas y sexistas. No me gusta que el camello que pasa la droga en la puerta del colegio se haga rico, se compre un pazo y los chicos terminen medicándose los desajustes piscológicos que terminarán padeciendo.
Por eso, aunque trato de reflejar estos prototipos de malos-malísimos, al final siempre resultan los perdedores de la historia. Lamentablemente en el mundo real no es así. Tampoco utilizo el mismo lenguaje que utilizan los jóvenes, pues uno de los riesgos de la escritura es caer en el abuso de la jerga. También rebajo la intensidad de algunas escenas escabrosas que en la vida real son más crueles y dramáticas que en la literatura. Ya te digo que no trato de hacer un reportaje, sino una recreación verosímil.
— Me gustaría que nos hablaras de tus proyectos inminentes.
— Tengo un par de proyectos teatrales que irán saliendo entre este año y el próximo. Además, acabo de terminar una novela para adultos que se publicará en febrero de 2017. Ahora mismo está empezando el proceso de edición, que es una de las partes que más me ilusionan: corrección, maquetación, elección de portada, etc. El título es Annobón (el nombre de una isla del golfo de Guinea) y es el resultado de cinco años de duro trabajo.
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jueves, 8 de septiembre de 2016

No existe la escuela inclusiva, sino el lenguaje engañoso de algunas pedagogías



  Nos hacen comulgar con piedras de molino a muchos docentes. Las gestoras educativas y una pseudopedagogía, más cercana al coaching que a la verdadera razón de las tareas educativas, que no es otra que enseñar, han diseminado sus esporas por todo el tejido educativo; desde las leyes hasta las propios claustros de profesores.
  Un vocabulario lleno de eufemismos oculta el fracaso intencionado de un sistema que pensaba más en la sobreprotección y en la motivación del alumno que en su defensa ante una sociedad cada vez más competitiva. Y este sistema educativo ni ha protegido, ni ha motivado. Todo lo contrario.
  Porque el disgusto viene cuando, pasados los años, los resultados siguen siendo igual de desastrosos en un contexto social más derrotista y depresivo. Aún así, las nuevas leyes siguen pasando por la incorporación de tecnicismos y criterios pedagógicos, cuyo contenido no es capcioso siquiera, sino que no existe: estándares y rúbricas son la tendencia evaluadora ahora mismo dentro de un sistema en el que se quiere inventar la pólvora, pero que choca una y otra vez con unos niveles de enseñanza bajísimos en cuanto a contenidos y destrezas.
  Por qué. Porque la educación se ha convertido en un negocio, y su fracaso también. Porque la educación distingue y da prestigio en unos casos y, en otros, genera la guetificación de un alumnado, especialmente en la Pública. Si la educación debe ser inclusiva, admitimos por lógica que existe la exclusiva y la exclusiva es la que destaca sobre el resto, porque se aleja de las rúbricas, los estándares, la motivación, el emprendimiento y otras chorradas semánticas.
  Nos han engañado; la educación inclusiva es para los pobres y para los hijos de las clases medias que se dejan la piel en el trabajo. La educación inclusiva es de siervos. En efecto. Porque existe una educación exclusiva, la de los hijos de los Pujol, la de los colegios privados y concertados donde va la prole de mucho profesor de la Pública, donde van también los hijos de todos los políticos recién llegados (de derecha e izquierda). Colegios que se anuncian en la radio, en la televisión, en carteles por todas las autopistas de España.
Cuando usted vea que al colegio de su barrio, al público, a ese colegio que yo admiré siempre, en el que estudiaron algunos de nuestros padres, los que pudieron, van los hijos de los políticos, tranquilícese. Buena señal. Pero no es así.
Los políticos que nos siguen vendiendo las bonanzas de la LOGSE junto a sus pedagogos lameculos, envían a sus hijos al extranjero para que aprendan Protocolo y mucho francés y alemán. Y, si no es así, pregunte por Wert y por algunos ministros socialistas que jamás pisaron un aula de la Pública. Y tampoco su prole.
Sin título/ Mundiario

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Honey Moon, el último disco de Lana del Rey, resulta repetitivo y monocromático

Lana del Rey, cantante/ marchafm


  Que Lana del Rey es un producto comercial, sin duda. Que Lana del Rey ha hecho de la marginalidad y la psicodelia un negocio, también. Lo preocupante es cuando la artista y su producción, prometedores al principio, se encallan en un estilo monocromático y sin atisbos de superación.
  Ya nos llevamos cierta decepción con Ultraviolence, pero Honey Moon se hunde definitivamente. Repetitivo, machacón, el disco parece una colección de canciones desahuciadas que se quedaron en el cajón de la productora. No basta con tirar de marca. A mí Born to die me pareció un disco interesante, un contrapunto a las homogéneas estructuras musicales de Miley Cyrus o Rihanna.Born to die tenía un aire fresco, una pose hipnótica, con ganas de entrar en modo contracorriente.
  Observo que Lana del Rey aquí pierde fuelle, salvo en la primera canción o en temas como Freak o 24. Me gusta de ella todavía ese aire de blues con guiños al pop más melódico y esa voz envolvente que te hunde en la miseria cuando se lo propone. Pero Honey Moon no es un acierto, aunque conserva rasgos primitivos de una diva de papel charol que a mí tanto me encandila.
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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Los ojos azules pelo negro, una pieza de orfebrería a cargo de Marguerite Duras

  Me cuenta un amigo librero que ha llegado a la conclusión que, para escribir una buena novela en este siglo,no hace falta escribir mil páginas. Y estoy de acuerdo. Cuando Marguerite Duras se adentra en la prosa consigue que la síntesis sea el recurso que inspira un ejercicio narrativo intenso donde las acciones y las descripciones se dilatan en el tiempo.

Marguerite Duras/ letras.s5.com

  Motivos como el amor, la prostitución de ese sentimiento, la violencia, el fracaso de las relaciones, su ocultamiento se combinan con una estética pictórica en la que los matices se imponen a largas secuencias narrativas. Marguerite Duras tiene esa habilidad para seducirnos con la atmósfera, con lo intangible y con un idealismo de las figuras que retrata, sin embargo, los problemas terrenales. Lo telúrico, lo carnal y el colorismo se combinan con esa percepción sensorial donde todo resulta límpido y evidente como en El amante.Los ojos azules pelo negro, publicado en Tusquets, es  un poema largo que sustituye a una novela en potencia, donde la elipsis es más importante que lo dicho, un lienzo oriental que invita a reflexionar sobre la dureza del amor vivido en la soledad.
 "Ella tiene miedo. Lo ha visto muerto. No quiere volver a la habitación. Él se acerca a ella, espera. La deja llorar como si él no fuera la causa de su llanto." (pág. 110).
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martes, 6 de septiembre de 2016

Entrevista a la escritora Norah Carter

  No es una escritora con intención de hacer literatura, sino una mujer que relata experiencias personales a través de personajes tipo, propios de telenovela, cuyas historias encandilan. Sus trilogías de amor y algunas novelas de suspense arrasan en Amazon. 

  No busquéis en Norah Carter a una escritora intelectual, reflexiva o rompedora, sino a una escritora que tiene la habilidad de encontrar en el chascarrillo, en los guiones almodovarianos y en un erotismo, no exento de idealismo, su forma de relatar las costumbres, las vidas cotidianas, su impronta mediática y televisiva. 



  Por esa razón, Norah Carter contesta a nuestras preguntas tras ese éxito en las redes y en plataformas como Amazon.

Pregunta: Utilizas el melodrama como base de tus novelas, pero me gustaría saber cuál ha sido la motivación de escribir y de esa manera en que lo haces.

Respuesta: Desde pequeña me gustó escribir, sobre todo me daba por hacer largas cartas de amor que le entregaba por las noches a mi pareja,  la que hoy es mi marido. Recuerdo que en la escuela escribía a mis compañeras de clase poesías referentes a lo que le estaba sucediendo en esos momentos en el ámbito sentimental, pero todo se quedaba ahí. Por entonces no se utilizaba mucho el género romántico con la libertad que hoy se puede utilizar. Siempre he sido una gran devoradora de libros y, cuando comencé a descubrir que empezaba a pegar fuerte la novela romántica desde un punto de vista más llano, más real, me di cuenta de que ahora podía sacar todo lo que había dentro de mí y ,por esa razón, decidí ponerme manos a la obra.

P.: ¿Por qué decidiste apostar por Amazon y no por publicar en editoriales?

R.: Tenía en mente crear una trilogía romántica. Desde un principio contaba con el apoyo de dos editoriales que se ofrecieron para publicar mis novelas, pero, mientras las escribía, investigué que una de las plataformas más grandes del mundo era Amazon y que se podía hacer sin necesidad de ir ligado a una editorial, así que me busqué la forma de ir publicitando aquellas novelas que aún todavía no habían salido. Quise arriesgarme a hacerlo sola y luchar por mi trabajo sin dejarlo en manos de nadie ya que confiaba que, como yo, nadie iba a  pelear por el.

Una vez que vio la luz mi novela y se colocó entre las más vendidos de todos los géneros, me empezaron a llover muchas ofertas editoriales, pero realmente me di cuenta de que aquello me podía perjudicar a la hora de querer dedicarme a esta profesión. Si seguía en esa línea,  podría dedicarme a esto y conseguir una remuneración mensual que con editoriales no iba a lograr, ya que pagaban cada tres o seis meses, incluso un año tarde, y el porcentaje era mínimo, comparado con lo que podría cobrar a través de Amazon. De esta forma, si podría dejarlo todo para seguir escribiendo y vivir de esto.

P.: ¿Crees que el público lee menos que antes? ¿Por qué están cerrando librerías y editoriales desde tu punto de vista?

R.: Creo que el público puede elegir más y mejor que antes. De hecho, hace años estaba mal mirado el género romántico. No se le daba la importancia que debía hasta que llegó la revolución de ese género y muchos editores se dieron cuenta de que podían conseguir muchas más ventas. Llegaba a muchos más lectores y sobre todo a las mujeres, que, desde mi punto de vista, son las que más leen.
Soy de las que me gusta más un libro en papel, pero reconozco que el mercado digital acabará con el formato de papel. Quiero subrayar que todas mis novelas se encuentran también disponibles físicamente, aunque donde he conseguido liderar miles de descargas mensualmente ha sido en digital, queriendo también poner como ejemplo que, si un libro en papel cuesta 15 € y la editorial te da un 10%, estás ganando un euro y medio. Si vendes el digital en 3 €, terminas ganando mucho más dinero por una descarga que por un libro vendido en papel.

P.: Tus novelas románticas se inspiran en situaciones muy cotidianas, pero también hay viajes, infidelidad, sexo, ensoñación. ¿Dónde está el éxito de tantas descargas?

R.: El éxito está en transmitirle al público de forma que cualquier persona sea capaz de entender la situación que se está narrando en esos momentos. Hay que contar historias que cualquier persona desearía que le pasasen. Deben meterse en el papel del personaje desde el minuto número uno. Mis lectores me informan de que se quedan enganchados a mis personajes e historias, haciéndole evadirse de los problemas que hoy en día están surgiendo a su alrededor.
  Debo subrayar también que me es más fácil transmitir todos esos viajes ya que he sido una persona muy aventurera y he recorrido medio mundo. Desde esas experiencias, tengo la ventaja de poder desarrollar cualquier lugar en el que he estado y contarlo de primera mano.

P.: Tu lenguaje es llano, muy llano. Nunca presumes de ser una gran escritora, pero, sin embargo, el público lee tus textos. Eso significa que hay alguna clase de talento detrás de tu labor, ¿verdad?

R.: No es que no presuma de ser una gran escritora. Es que no lo soy. Para hacerlo se deben tener unas cualidades privilegiadas en muchos ámbitos. Ser o no serlo no depende del éxito. Hay grandes artistas en el mundo musical que han arrasado durante muchos años y no tienen  las mejores voces, pero transmiten al público lo que otros no consiguen hacer aunque tengan una gran voz. Algo parecido pasa en la literatura. Puedes ser el mejor escritor del mundo, pero si tu historia no es capaz de enganchar al lector desde el minuto uno, no puedes conseguir entonces el éxito.
  Creo que para escribir hay que tener muy claro lo que el mercado quiere y el mercado es el que manda. Muchos escritores se quejan de que algunas novelas son muy malas y venden mucho. Y no les falta razón, pero también quiere decir que no se han preocupado en investigar qué es lo que busca la mayoría de los lectores. Ahí radica el secreto del éxito.

P.: ¿Ayuda un pseudónimo a escribir como es tu caso? ¿Por qué te llamas Norah Carter?

R.: No sé si en mi caso el seudónimo de Norah Carter me ayudó. Es verdad que me dicen que es un nombre que transmite mucha personalidad y carácter. No creo que tenga nada que ver el nombre con el éxito, pero si es verdad que hay algunos que suenan mejor para llegar al lector.
  A mí me apetecía buscar un seudónimo con el que me sintiese identificada y rápidamente conecté con el de Norah y me sentí identificada con él. Lo de Carter es algo que algún día contaré y que me pasó de forma graciosa y decidí añadir como complemento a Norah.
  De todas maneras, me gustaría decir que, al margen de mi experiencia con Amazon, pienso que los resultados hablan por sí solos y cada vez son más millones de personas las que leen en digital que en papel, pero eso lo veremos con el tiempo. Y no depende de pseudónimos, sino de que las cosas están cambiando.


  
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jueves, 1 de septiembre de 2016

Los docentes iniciarán el curso sin conocer la prueba de Acceso a la Universidad

Llevamos varios meses denunciándolo públicamente y en privado. Pero en la tele solamente habla Marina sobre Educación.
 En menos de un mes los profesores de instituto comenzarán a impartir clases en Bachillerato y, en la Comunidad Valenciana, por ejemplo, aún no se sabe qué tipo de examen será el que deberán superar nuestros alumnos el próximo junio para acceder a la Universidad. La falta de un gobierno estable y la improvisación continua de leyes y enmiendas nos sitúan en un limbo pedagógico en el que nuevamente los alumnos pagarán el pato.
 Los docentes de muchas Comunidades desconocen si habrá examen tipo test como Prueba de Acceso a las carreras universitarias. O exámenes específicos según especialidad o Facultad. O exámenes teórico-expositivos. Nada. Los profesores de instituto empezarán sus clases en septiembre a ciegas, sin un modelo de examen concreto y sin criterios de evaluación debatidos y redactados.
 Pero, tranquilos. Se hará lo largo del curso, sobre la marcha, y los profesores tendrán que improvisar y cambiar temas y estrategias a salto de mata, con prisas, tirando de voluntarismo, intuición y buenas intenciones. Y así no se puede enseñar.
 Este apunte es un ejemplo más del desastre organizativo que la Educación vive en nuestro país en manos de unas instituciones que consideran al docente como un mero funcionario que ha de doblegarse a la desidia, a la pereza e improvisación de sus gestores y políticos. Eso sí. Luego saldrá Marina en la tele hablando de la motivación y de las emociones, y del sexo de los ángeles, mientras otros estamos en la trinchera, sin munición.  

Fracaso educativo/elsabucazo.com
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Fotocopias, de John Berger: cuentos de la vieja Europa que son lecciones de vida

 Fotocopias, de John Berger / Aspaviento libros.

  No es la primera vez que escribo sobre John Berger. He leído Fotocopias, publicado por Alfaguara, y asombra esa forma de relatar en la que cuento, ensayo, pintura y teatro se fusionan en un género único, colmado de experiencias sensitivas. Berger es el ejemplo claro de que, para hacer buena literatura, no hace falta un desarrollo narrativo extenso, sino todo lo contrario, intenso, centrípeto, porque la capacidad poética prima sobre lo sustantivo y lo descriptivo.
 Fotocopias es una serie de cuentos ambientados en Europa, en diversos países donde Berger parece haber asimilado, no una experiencia vital en sí, sino una experiencia sensorial que traduce en una analogía literaria y pictórica. Las anécdotas, los equívocos, los diálogos y las descripciones de los personajes adquieren esa religiosidad, entendida no como creencia, sino como búsqueda de lo trascendente, de lo simbólico, de ser aquello que carnalmente no representamos: "La fotografía, escribió él una vez con su letra maternal, es un impulso espontáneo, resultado de estar perpetuamente mirando, que atrapa el instante y su eternidad" (pág. 75).
 Los personajes de Berger interpretan un rol asignado por el Universo, una manera de estar, donde lo traumático aparece como una revelación que convierte al personaje en aquello a lo que ha sido predestinado: "Dominado por la rabia y la pena, Mohammed  se puso finalmente de pie, se fue a casa y lloró. Se negó a ver a nadie durante tres días. Luego tomó la decisión de hacerse revolucionario. Una decisión a la que no ha renunciado nunca." (pág. 101).

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Miles in Berlin, una grabación que muestra el talento de Davis en plena acción

  Comentaba Coppola que echaba de menos en el cine la espontaneidad que los actores necesitan para ser personajes vivos, en acción. La propia naturaleza del cine había frenado ese milagro del teatro. Con Miles in Berlin sucede algo parecido. Al no ser un disco de estudio, parece que el músico se muestra más que nunca, se muestra con sus luces y sus sombras, con una espontaneidad que arranca de lo luminoso de Milestones a esa melancólica sombra de Stella by Starlight.
  Hay mesura y elegancia en la atmósfera, y se experimenta nuevamente esa actitud vanguardista que significa la interpretación de Davis, como si nadie pudiera seguirlo, como si la trompeta no existiera como tal, sino que solamente existiera un sonido que va más allá del instrumento, del cuerpo. Temas románticos, rotos, con finales atonales, manejando la dilatación del tiempo como le place, lo convierten en otro de los discos imprescindibles. Sony lo editó en 2005 para Estados Unidos, cuando estaba pensada su comercialización tan solo para Europa.

Miles Davis/  culturainquieta
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