jueves, 18 de febrero de 2016

Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca?, la poesía de Fani Papageorgiou



  No conocía la poesía de Fani Papageorgiou, pero su obra Cuando dijiste no, ¿querías decir nunca?, publicada por Bartleby editores, es una propuesta innovadora que basa su efectismo en la búsqueda de anécdotas cotidianas o históricas que acaban convirtiéndose en asuntos universales.
  Lo que la Papageorgiou introduce en sus poemas son curiosas escenas descriptivas que refieren fenómenos científicos, breves elucubraciones filosóficas o cuadros costumbristas, pero a los que se añade algún aforismo o verso que rompe con el significado ordinario de lo que se muestra, pues lo ubica en otra dimensión semántica, ajena a la propia realidad, pero sin desligarse nunca de ella; un significado espiritual y transcendente que proviene de situaciones que aparentemente carecen de ese animismo, de esa idealización.

El hielo de la acera es veteado
la niebla es una nube cercana al suelo.
No es fácil amar las cosas.
El modo en que se forman manchas de agua en el techo
no hay dos personas que se desgasten en el mismo sitio (...) (pág. 85).

  Ahí es donde reside la proeza de esta poetisa, en esa búsqueda del contraste entre lo mundando y las leyes que lo gobiernan, donde no es descartable ni la acción del caos, ni la del azar. Curiosamente sus poemas reparan en la necesidad de recurrir a la ciencia como expresión de un pensamiento poético, pues la propia naturaleza de las leyes, su compleja arquitectura, es ya también un recurso literario en sí mismo.
  La traducción de Luis Ingelmo respeta al máximo la estructura y el léxico de la autora, lo que pone de relieve ese carácter paradójico, ambiguo y lleno de espejos que cada poema nos presenta como una forma de recelar de cada acción cotidiana, de la disposición de los objetos, de los silencios, de todos los elementos que conviven con nosotros. Detrás de ellos, de su esencia, de su corriente y ordinaria levedad, reside un microcosmos, una razón legítima que solamente el universo es capaz de pergeñar.
Los puentes se alargan ligeramente
al calentarlos la luz del sol.
El calor puede volvernos locos.
Los que tienen ojos marrones
pueden tener hijos de ojos azules. (pág.39).
 

Papageorgiou cultiva un hiperrealismo que nos lleva a emocionarnos desde el acertijo, desde la distopía, pues los significativo no es pertenecer a este mundo, sino saber que nosotros somos parte de ese espacio indescifrable que conduce inexorablemente al universo en una nuez.
En química sucede
cuando una sustancia pierde oxígeno.
En cualquier otra circunstancia
se da cuando algo disminuye en tamaño
o en cantidad.
Al amor se le aplican los dos. (pág. 47)

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