miércoles, 11 de febrero de 2015

¿Por qué no hay una reforma educativa profunda y comprometida en España?

Mi nuevo artículo en Mundiario sobre educación.

Aula escolar.

   El modelo finlandés que tanto se vocea contempla, además de una reducción horaria considerable, una programación de tareas y asignaturas mucho más flexible y sin tanta optatividad. Entre otras excelencias, destaca que el prestigio social del docente en la propia mentalidad de esta sociedad. En España, nos encontramos con un sistema saturado de optativas, basado en la evaluación memorística, sin apenas itinerarios que puedan ayudar a la formación de alumnos completamente desmotivados.

   El lobby de la privatización, acompañado del de las editoriales y nuevas tecnologías, no se lo están poniendo fácil al progreso de la pública. Parte del sindicalismo está convencido del éxito de algunas corrientes pedagógicas que se han convertido en pseudofilosofías inspiradas en la inteligencia emocional, pero las cifras del fracaso están ahí. La reforma educativa en los centros de Secundaria pasa por una reforma en la Universidad y la Universidad es intocable en este país: temarios y metodología distan de la realidad del aula en Primaria y en la ESO.

   Ningún político que piensa en su gestión en función de los cuatro años de legislatura está dispuesto a llevar a cabo tales reformas. Los docentes no promocionan dentro de su carrera profesional, lo que produce una sensación de apatía y de inmovilismo que, pasados los años, acaba afectando al trabajo del funcionario. Podría enumerar más realidades, pero lo que debe quedar claro es que la burocratización y los intereses partidistas nos alejan cada vez más de una reflexión concreta de lo que sucede en el aula y en nuestros adolescentes. He dicho.

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