jueves, 4 de septiembre de 2014

Encuentros con la naturaleza

Mis impresiones en Mundiario sobre la poesía de Chantal Maillard.


   Leo a Chantal Maillard y su poesía evoca espacios frondosos donde el hombre encuentra analogías, signos y símbolos en los que descubre la trascendencia de su propia vida, a veces, incalculable e inefable cuando ese discurso poético queremos racionalizarlo. 

  La literatura de Maillard es la literatura de otros autores como Seamus Heaney o Georg Trakl, ocupados en la misma intención. Sus palabras forman parte de un ritual chamánico donde lo ancestral y lo adánico se revelan ante el hombre con una serena conciencia de la vitalidad de todo cuanto nos rodea.

  La naturaleza nos posee y el poeta es quien acostumbra a explorar todo aquello que la ciencia descarta. Lo inexplicable subyace en la palabra y cada verso de Maillard intenta reconstruir el mundo apócrifo que se oculta más allá de los umbrales de la percepción. La poesía es una llamada a la inmersión en esa realidad indescriptible, solamente intuida en los designios que interpreta el lector. Que el paisaje sea yo mismo, una inmersión de mi carne en su luz acuosa, llena de transparencia donde nada se oculta porque todo, lo nombrado y lo innombrado, se revela.

   "Pues esta vida no me pertenece -tú me la prestas como prestan su voz a los abismos los rapaces-, quiero ayunar hasta ver transparentarse mi cuerpo en la luz como una hoja tierna, y ver cómo penetra la muerte, ¿savia o resina?, por la nervadura hasta el espíritu. Pero, dime, ¿me pertenece el ver? Y si así fuera ¿habré de devolverte mis ojos para ver?" (Fragmento de Hainuwelle y otros poemas, Barcelona, Tusquets, 2009, pág. 69)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: